Diplomáticos al límite: funcionarios mexicanos en EE.UU. enfrentan pobreza y abandono institucional

Diplomáticos al límite: funcionarios mexicanos en EE.UU. enfrentan pobreza y abandono institucional

Funcionarios del Servicio Exterior Mexicano (SEM), considerados históricamente como un cuerpo diplomático de élite, enfrentan una crisis profunda
Por Redacción 22 Julio, 2025

 

WASHINGTON D.C. — A más de tres mil kilómetros de la Cancillería mexicana, en los pasillos de los 53 consulados de México en Estados Unidos, se libra una batalla silenciosa. No se trata solo de proteger los derechos de los migrantes mexicanos en suelo estadounidense, sino de una lucha diaria por sobrevivir, literalmente, de quienes están llamados a ser "el rostro de México en el extranjero".

Funcionarios del Servicio Exterior Mexicano (SEM), considerados históricamente como un cuerpo diplomático de élite, enfrentan una crisis profunda: salarios congelados desde hace 27 años, carga laboral desmedida, condiciones precarias y una falta sistemática de recursos que los ha obligado a depender de subsidios sociales del propio gobierno de EE.UU., bancos de alimentos y, en muchos casos, de su propio bolsillo para mantener en pie sus consulados.

 

Un salario del siglo pasado en un país cada vez más caro

Con un sueldo mensual de 3,295 dólares —intacto desde 1998— y en un contexto de inflación disparada, estos trabajadores se ven orillados a situaciones impensables para cualquier funcionario diplomático. “Pago la renta tarde, voy al banco de comida, y tengo subsidios de 16 dólares en electricidad. Es humillante”, confiesa Susana (nombre ficticio), administradora en un consulado fronterizo.

Mientras tanto, el costo de vida en EE.UU. ha explotado: el precio de la gasolina se ha triplicado, el de los alimentos básicos se ha duplicado, y la atención médica es, para muchos de estos empleados, simplemente inalcanzable.

 

El colapso de la red consular mexicana

En un momento de alta tensión migratoria y con la eventual reelección de Donald Trump en el horizonte, los consulados mexicanos son la primera línea de defensa de los migrantes. Sin embargo, 17 de los 53 consulados están incompletos y más del 17 % de las plazas están vacantes, según datos de la propia Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Las tareas se multiplican, pero el presupuesto se achica: el programa de atención consular recibió 524.2 millones de pesos en 2025, el más bajo en términos reales en los últimos 15 años. "Nos piden que hagamos más con menos. La comunidad nos necesita más que nunca, pero no hay herramientas", denuncia Jesús, otro diplomático del SEM.

 

Crisis de salud mental y laboral

La presión ha derivado en efectos físicos y psicológicos. Turnos de hasta 16 horas diarias, ansiedad, crisis nerviosas y hospitalizaciones son frecuentes. “No podía más. Bajé de peso, iba a terapia, terminé en urgencias”, relata César, trabajador en un consulado en California.

La falta de ascensos, el estancamiento profesional y la creciente precarización laboral han hecho que algunos empleados vivan en casas de asistencia o renuncien a formar una familia por temor a no poder mantenerla.

 

Funcionarios financiando al Estado mexicano

Uno de los puntos más alarmantes es que los propios trabajadores costean operaciones consulares con la esperanza de ser reembolsados. “Pagué de mi bolsillo viajes para hacer Consulados Sobre Ruedas. Me deben 2,000 dólares desde hace seis meses”, asegura Óscar. Otros, como Vanesa, han optado por cancelar servicios comunitarios porque ya nadie quiere adelantar dinero.

“Estamos financiando a la Cancillería y sin intereses”, resume.

 

Acoso, impunidad y opacidad en los consulados

Además de la precariedad, el acoso laboral y el abuso de poder se han normalizado en diversas sedes diplomáticas. Testimonios recogidos por EL PAÍS y retomados por este medio documentan prácticas autoritarias por parte de cónsules titulares, nombramientos por afinidad política y procesos de denuncia revictimizantes y sin respuesta.

La ex cónsul Graciela Rock, quien denunció a Jorge Islas por acoso —propuesto por Claudia Sheinbaum para dirigir la red consular—, califica a los consulados como “microrreinados donde los titulares son dictadores”. El caso de Islas, aunque extremo, no sería aislado.

 

Una Cancillería ausente

Pese a los múltiples llamados, la SRE ha guardado silencio frente a las denuncias internas. “Ni nos ven ni nos oyen”, asegura Óscar. En 18 años, solo ha ascendido una vez.

Muchos siguen en sus cargos por vocación, pero el desgaste es profundo. “Me apasiona mi trabajo, pero las condiciones son insostenibles”, afirma con resignación.

 

Conclusión: diplomacia en crisis

Mientras México lidia con los retos de la migración, la seguridad fronteriza y el papel global de sus ciudadanos, la infraestructura humana que representa al país en EE.UU. se encuentra al borde del colapso.

La diplomacia mexicana vive una paradoja: proteger al migrante desde la precariedad. Y mientras el discurso oficial exalta la labor consular, la realidad grita que la primera línea de defensa está desprotegida.

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Con información de elpaís.com