Lilia Cedillo, nueva rectora

Lilia Cedillo, nueva rectora

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 4 Octubre, 2021

Por lo menos dos días a la semana la doctora Lilia Cedillo despachará en el edificio Carolino, en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla. Sede emblemática de la administración central universitaria, la centenaria sede de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla tendrá vida académica y administrativa, el resto de la semana y dependiendo de su agenda, la rectora despachará en Ciudad Universitaria, el Complejo Cultural o en el área de la Salud.

Nuevos tiempos y nuevas formas de ejercer la autoridad personal más importante en la institución educativa más importante del estado.

Este mismo lunes, dará a conocer a la mayor parte del equipo que le acompañará y ratificará a quienes han sido designados por el Consejo Universitario para garantizar la institucionalidad y continuidad en la Universidad.

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Se espera en un corto plazo regresar a una buena parte de las actividades presenciales, pero la rectora a partir de hoy estará presente todos los días para personalmente atender los asuntos de interés de los universitarios.

Durante casi cuatro décadas se ha dedicado en tiempo y alma a la academia y la investigación científica y no será muy distinto ahora que es la nueva rectora y empieza a cumplir con el mandato de los universitarios.

Tiene una ventaja, conoce a detalle la vida al interior de la BUAP

Ella ingresó como estudiante de preparatoria a la Benito Juárez y vivió de cerca los movimientos universitarios, los conflictos que se dirimían con balas y los periodos de inestabilidad, hasta llegar a periodos que le dieron un nuevo cauce y privilegiaron la calidad académica.

Es la universidad por la que trabajará la doctora Cedillo, quien hace años desechó una invitación para ser investigadora en un Centro del extranjero porque tenía el compromiso de continuar en la Buap su trabajo y aquí está.

A partir de hoy es la primera mujer en ocupar la rectoría universitaria y está escribiendo una nueva página en la historia centenaria de la Buap.

 

Portazo serrano a López Obrador


Ayer, fue un domingo distinto en las giras de Andrés Manuel López Obrador, los poblanos de la sierra norte ingresaron abruptamente a una mesa de trabajo donde evaluaba con su equipo y el gobernador Barbosa la entrega de apoyo federales a las víctimas del huracán Grace.

Desde un día antes, llegaron a Huauchinango cientos de personas de otras poblaciones serranas que no han sido censadas por los empleados de Bienestar y por lo tanto no han recibido ni están tomados en cuenta para los apoyos anunciados por López Obrador.

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La protesta burló cuatro retenes del equipo de seguridad que resguarda al presidente y de elementos de la Policía Estatal comisionados para ellos. Prácticamente rompieron las puertas del recinto ferial para llegar unos centímetros del presidente que les exigió respeto.

El coraje de quienes protestaron y exigieron respuestas los hizo llegar hasta López Obrador que prometió que los van a atender.

Han pasado cuarenta días y es la hora que al gobierno federal le falta entregar apoyos en viviendas en por lo menos 13 municipios poblanos como: Teziutlán, Francisco Z. Mena, Chignautla, Xiutetelco, Ixtacamaxtitlán, Zapotitlán de Méndez, Zongozotla, Cuyuaco, Huitzilan de Serdán, Tuzamapan, Xochiapulco, Xochitlán de Vicente Suárez, Zacapoaxtla y Zautla.

Ayer, la secretaría de la Defensa Nacional informó que hasta el 2 de octubre había entregado a damnificados 2 mil artículos, de un total de 86 mil 822. Se detectaron 9 mil 647 familias damnificadas y entregaron 7 mil 650 cobertores, 2 mil 276 colchonetas, 200 kits de aseo y 200 kits de limpieza, nada para la dimensión del problema.

Apenas unos ejemplos de una ayuda que no llega y la población está cansada de promesas y un apoyo que sólo se queda en el discurso. Los serranos, demostraron ayer, que no le creen al presidente de México.

La esperanza se acaba.

 

De las anécdotas que se cuenta


Comentan los especialistas al reportero que, desde hace algunas semanas, la organización criminal Guerreros Unidos, una de las dos protagonistas principales de la trama Ayotzinapa y los 43 estudiantes, formalmente había desaparecido.

Poco a poco, la organización se ha ido quedando sin estructura, por dos motivos: de un lado, el tema de Ayotzinapa erosionó sin pausas a este grupo delictivo, hasta cuestionar su propio nombre; del otro lado, sus líderes llegaron a preguntarse si tenía sentido mantenerse vigente en tales condiciones.

Fue así como nació “La Bandera”, que se consideró una escisión de Guerreros Unidos.

Y pronto engendraron a sus enemigos íntimos, “Los Tlacos”, formado por ex integrantes de la “Policía Comunitaria General Heliodoro Castillo”, una de tantas agrupaciones fundadas por Onésimo Marquina Chapa.

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Como es de entenderse, el epicentro de su salvajismo es Iguala, Guerrero. “Los Tlacos” han dicho en todos los tonos que la nueva administración municipal de Iguala sigue siendo de Guerreros Unidos o “La Bandera”.

El 2 de agosto, el líder operativo de “La Bandera”, Moisés Brito, fue a atender la venta de una cantidad notoria de cocaína. Llegó en su Mercedes Benz a un centro comercial, pero dos hombres lo emboscaron y lo ejecutaron.

Dicen los que saben que en este tono debe entenderse la ejecución de cuatro hombres a los que dejaron abandonados a bordo de un auto, justo enfrente de la otrora casa de campaña del alcalde electo de Iguala, por la coalición PRI-PRD.

Mientras todo eso ocurre, sean Guerreros Unidos o “La Bandera”, los habitantes de Iguala solo piden paz y oportunidades para salir adelante frente a la pandemia, pero no se ve que esto pueda ocurrir, al menos en el corto plazo.

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*ARD