Testigo protegido asegura que NORMALISTAS fueron EJECUTADOS por Policías, Ejército y Guerreros Unidos
Por 28 Julio, 2021El pasado 26 de y 27 de septiembre de 2014, elementos de la Policía Federal de Guerrero, Iguala, el Ejército y el cártel Guerreros Unidos recibieron la orden de matar a los 43 normalistas de la escuela Isidro Burgos de Ayotzinapa, así lo dio a conocer este miércoles diario Milenio.
De acuerdo con un testimonio del testigo protegido de la Fiscalía General de la República (FGR), conocido como Juan “N”, ex miembro del grupo criminal, quien declaró en febrero de 2020 indicó en mayo de este año que las acciones de aquella noche se hicieron con ayuda del Ejército, Policía Federal, Estatal y Municipal, las cuales respondieron a las órdenes de Jesús Pérez Lagunas, “El Güero Mugres”, “líder criminal que dio la iniciativa de matarlos a todos, para no dejar ningún cabo suelto, líder criminal que las autoridades jamás relacionaron con la desaparición de los estudiantes y quienes fueron ejecutados en 2018”, se informó a través del reportaje de Alejandro Domínguez.
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Asimismo, indicó que, durante el interrogatorio posterior a su declaración, Juan desconocía si había algún sobreviviente a la masacre y que todos murieron luego de ser detenidos en Iguala por las fuerzas de los elementos e integrantes del Cártel Guerreros Unidos.
Aunado a lo anterior, estos hechos ocurrieron después del enfrentamiento con los miembros del Cártel de la Sierra, liderado por Onésimo Martínez, ya que estos se mezclaron con los líderes, pues tras los enfrentamientos, integrantes de Guerreros Unidos disolvieron, cremaron y esparcieron los restos de los estudiantes en diversos puntos, incluida la zona de Cocula.
Cabe resaltar que, el entonces secretario de Seguridad Pública de Guerrero, Leonardo Octavio Pérez, ex procurador Iñaki Blanco Cabrera, el capitán José Martínez Crespo y “todos los comandantes y los ministerios públicos”, de la Policía Ministerial Federal y del fuero común estaban en la nómina del grupo delincuencial.
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En esta declaración, Juan incluyó al capitán Dorantes, ya que en la primera versión dijo que no se dejaba sobornar, sin embargo, ahora evitó mencionar al actual secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, de quien dijo que “recibía mensualmente 200 mil dólares del cártel Guerreros Unidos”, como lo informó diario Reforma en enero.
Hay que recordar que, en ese entonces, García Harfuch era coordinador regional de la Policía Federal en Guerrero, cuando se informó del testigo protegido, el secretario publicó en Twitter negando rotundamente las acusaciones.
“Niego categóricamente las declaraciones dolosas hechas contra mi persona por un delincuente, hoy ‘testigo protegido’, publicadas por Reforma. Mi trayectoria en el combate a la delincuencia organizada en distintos frentes habla por sí misma. No tengo nada que ocultar”.
Por su parte, la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia para el caso Ayotzinapa presentó una denuncia penal ante la Unidad Especializada en Investigación de Delitos cometidos por Supervisores Públicos de la FGR por filtrar las declaraciones de Juan.
Sin embargo, ahora con lo revelado por Milenio: “Una vez que los tuvieron muertos había algunos que se habían llevado los miembros del Ejército, de la Policía Federal, de la Estatal, de la Municipal (actuaron bajo el mando de Francisco Salgado Valladares, subdirector de la Policía Municipal, le reconocía la voz en indicaciones por radio) y les fueron entregados a Nicolás Nájera Salgado y a los hermanos Benítez Palacios. Los cuales, días después, en una reunión que tuvimos los hermanos Benítez Palacios y yo, supe que habían hecho agua a los estudiantes mediante el uso de ácido y químicos y que algunos otros fueron llevados a algunos crematorios”.
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En cuanto a los cuerpos fueron ocultados entre el 26 y 27 de septiembre en varios lugares, como en una casa en la colonia Granjeles, supuestamente utilizada por Nájera Salgado, y una a espaldas de la plaza Galerías de Iguala, presuntamente utilizada por los hermanos Benítez Palacios.
Juan reiteró su versión de que se utilizó un crematorio, en la salida de Iguala hacia Chilpancingo, pero desconoce cuántos cuerpos fueron llevados ahí y si había más hornos crematorios.
“Juan refiere que como el caso empezó a ponerse mediático en esas horas de la madrugada, no alcanzaron a calcinar o disolver todos los cuerpos y algunos restos fueron esparcidos en diferentes puntos de las zonas aledañas a Iguala, entre ellos un poblado que se llama Coacoyula, del cual dijo no tener el punto exacto, y una mina abandonada en el municipio de Taxco, de la que dijo desconocer su ubicación”, se indicó en el reportaje.
Aunado a lo anterior, el entonces fiscal, Iñaki Blanco planeó con el grupo criminal hacer fosas en el cerro “Cerro Grande”, en Pueblo Viejo, para que las familias se conformaran, pero como el asunto se tornó mediático, se decidió regresar a los sitios donde habían esparcido los restos y llevarlos al basurero de Cocula.
De acuerdo con Juan en estas acciones participó Wenceslao Elizalde, un comandante de la Policía Ministerial de Guerrero, que era amigo de los Benítez Palacios.
Cabe resaltar que, Juan obtuvo la información a través de radio y mensajes de Blackberry que recibió en la noche en su teléfono, además, de sostener una reunión con los que participaron en los hechos, el 30 de septiembre de 2014 en un salón de fiestas.
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Asimismo, dijo que el capitán José Martínez Crespo le aseguró que en octubre de 2014 que colaboró en la detención y entrega de algunos estudiantes, “lo único que me dijo fue que había apoyado a detener algunas personas que venían en los autobuses y que los habían llevado al interior del 27 batallón para interrogarlos, que posteriormente él se los había entregado a Nicolás Nájera Salgado y a los hermanos Benítez Palacios, no me dio más detalles y no se los pedí”.
De acuerdo con la versión, la tarde del 26 de septiembre los halcones informaron que habían pasado tres camiones con estudiantes sobre la carretera de Zumpango a Iguala, pero detrás de ellos habían bajado de la carretera de Xochipala unas seis camionetas cerradas con gente armada con cuernos de chivo, presuntos miembros del Cártel de la Sierra.
Pero a las 21 horas, los halcones informaron sobre los disturbios en la central de autobuses Estrella Blanca, sin las instrucciones de atacar a los normalistas, sin embargo, a las 22 horas las camionetas con gente armada entregaron a Iguala y se suscitaron varios enfrentamientos, ya que había patrullas y que la policía detuvo a varias personas.
“En ese punto, el testigo Juan contó que había muchas bajas entre las personas de Onésimo Martínez, por lo que empezaron a correr, otros trataron de robarse vehículos. Ahí contó que Víctor Hugo Benítez Palacios, El Primo o El Pelón, mandó el reporte diciendo que las personas que se habían bajado de los vehículos corriendo se habían revuelto con los estudiantes que iban en los camiones. Y entonces empiezan a perseguirlos y atacarlos”, destacó el reportaje.
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Los operativos los encabezó Jesús Pérez Lagunas, alias “El Güero Mugres”, mientras que durante la persecución balearon un autobús en el crucero Santa Teresa, donde iba un equipo de futbol, así como un taxi y persiguieron a las personas que iban en los autobuses, “en un primer momento para interrogarlos”.
Durante la noche se reportaron varios decesos de las personas detenidas, tanto por disparos de arma de fuego como por golpes en el interrogatorio, informó el testigo.
En dicho ataque participaron Nicolás Nájera Salgado y los hermanos Benítez Palacios, (Oziel, Víctor Hugo, Orvelín, Salvador y Mateo), Juan Salgado Guzmán ordenó a Nájera atacar a los estudiantes que daban conferencia de prensa sobre el Periférico de Iguala, “Juan Salgado le dijo a Nicolás Nájera que ahí es donde se estaban organizando los contras con los estudiantes y que fuera a partirles su madre”.
Por último, indicó que a partir de ese momento llegaron los reportes de que muchas personas habían fallecido y que Jesús Pérez Lagunes dio la indicación de matarlos a todos, para no dejar cabos sueltos, en total dijo que hubo 80 muertos esa noche.
*AR
