Puebla está de fiesta y disfrutó el gran desfile cívico-militar del 5 de Mayo
Por 5 Mayo, 2025Puebla, Pue. El sol apareció puntual sobre la Calzada Ignacio Zaragoza. A las 10 de la mañana, los tambores comenzaron a retumbar y el cielo se abrió para dejar pasar a nueve aeronaves que surcaron el cielo poblano con precisión milimétrica. Era el inicio del tradicional desfile cívico-militar por el 163 aniversario de la Batalla del 5 de Mayo.
En la tribuna principal, flanqueada por el cerro de Loreto y el Fuerte de Guadalupe, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se presentó por primera vez como jefa del Ejecutivo federal en esta emblemática ceremonia.
Armenta destaca el significado del 5 de Mayo
A su lado, el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, sonreía orgulloso, consciente de que este 5 de Mayo tenía un peso simbólico doble: por la historia y por el presente político.
Frente a ellos, el desfile comenzó a avanzar. 3,353 elementos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Nacional marchaban con disciplina, portando 22 Banderas de Guerra, símbolo vivo de la soberanía por la que se luchó en 1862. A cada paso, la multitud —que llenaba banquetas y gradas con banderas tricolores— estallaba en aplausos.
Participación de contingentes civiles y grupos indígenas
Uno de los momentos más emotivos fue la participación de los contingentes civiles. 12,500 niños, niñas, jóvenes y adultos —alumnos de 33 escuelas de educación básica, media superior y superior— ofrecieron coreografías, tablas rítmicas y escenificaciones históricas que arrancaron ovaciones. Algunos pequeños ondeaban banderas mexicanas, otros marchaban con el uniforme escolar impecable, conscientes del honor de estar ahí.
Y entonces llegaron ellos: los Zacapoaxtlas, los Xochiapulcos y los Tetelences. Ataviados con sus trajes tradicionales, con rostros pintados y machete en mano, recrearon la gesta indígena que ayudó a frenar al ejército más poderoso del siglo XIX. Su presencia recordó que la historia de México también se escribe desde los pueblos.
Cierre del desfile y celebración familiar
El desfile avanzaba con fuerza. 94 vehículos militares, 5 binomios caninos, 174 semovientes, 11 carros alegóricos que representaban pasajes históricos, y miles de pasos que resonaban como eco de aquel 5 de mayo de 1862. Los cañones no tronaron esta vez, pero sí lo hicieron los aplausos y los gritos de “¡Viva México!” desde las gradas.
En su discurso, breve pero contundente, el gobernador Armenta habló de soberanía, justicia social y unidad. La presidenta Sheinbaum, por su parte, evocó la memoria de Ignacio Zaragoza para subrayar que "ningún poder extranjero podrá nunca más doblegar a un pueblo unido y consciente".
Fue después del mediodía, cuando el último contingente pasó frente a la tribuna, el desfile concluyó. Pero en las calles, la emoción siguió viva. Familias enteras caminaron por los alrededores de Los Fuertes, tomándose fotos, compartiendo sonrisas, y poniéndose de acuerdo para llegar a una casa de un integrante de la familia para seguir con la convivencia, porque el Desfile del 5 de Mayo es una tradición, pero también es una tradición de las familias juntarse y seguir conviviendo hasta finalizar este día de fiesta para los poblanos.
*BC